Memorias desatadas.

."Y el mar se partio en dos cuando ese ser oso poner su pie sobre el".



<Medio dia... el dia era un perfecto compas armonioso entre el agradable clima que fresco se disfrutaba y muchas cabelleras alborotaba. Con el astro solar a medio cielo, iluminandolo todo a sus pies, aquellas playas de la maravillosa Ea se encontraban solitarias, aburridas y desconsoladas... solo la presencia de reducidos grupos de aves de mar se daban el lujo de pasear por dicha zona, que al no encontrar medio de entretenimiento o minimo comida emprendia una rapida y sigilosa huida. Incluso el mar mismo yacia tranquilo, viendo uno mismo el como las olas tan tranquilas apenas y rosaban las orillas de la playa, una playa que poco a poco iba decayendo ante el transcurso del dia, viendose algunas partes de la costa ensombrecidas gracias a las temerarias y gigantescas nubes que osan interrumpir un reinado diurno, trayendo consigo y por su oscuro color una señal agradable de fuertes vientos y lluvias en los proximos dias... o quizas horas?... al horizonte, mas alla de donde el Sol aun felizmente reina se puede apreciar el acercamiento de la oscuridad en forma de tormentas que uniendose en el mas alla comienzan a acarrear consigo una rafaga de tragedias al igual que una posible lluvia de peces.>

<En la parte mas alejada de la costa, alla en su flanco izquierdo viendola de frente desde el mar y en donde esta se profundiza hacia adentro, un buen sistema rocoso se alza para adornar el lugar con un enorme cabo, aparentando el mismisimo ombligo de poseidon por donde las aves gustan volar, en ocasiones, siendo devoradas por el mismo liquido que se alza tan fuerte como para provocar una ligera brisa al estrellarse contra las poderosas rocas, pulverizandose en sus elementos basicos a la par que el ave inconciente cae irremediablemente para ser comida por su trampa. En la superficie de dichas estructuras la erosion habia hecho bien su trabajo, formando una especie de pico superior al final del cabo y por encima de este, regalandole a su madre mar una colina en la cual, justamente en la pura punta de ese sitio, la silueta pequeña de un hombrecillo se alcanzaria a apreciar desde las bajas alturas que la playa puede dar.>

<Encontrandose en un trance tan profundo que su respiracion parece ser escasa, el movimiento que deberia hacer su cuerpo al hacer dicha accion tampoco se encontraba presente, un muerto en vida tal vez, pero que de una apariencia poco amigable era orgulloso de portar, pues su ceño fruncido a la par de la arruga de la parte superior de su nariz denotaban a simple vista un esfuerzo que este realiza. Sus ropas siendo escasas solo se presentarian ante otros como piezas unicas que cubren partes clave de su cuerpo, siendo las principales un juego de vendas, 4 en total, dos encargandose de enredarse desde sus manos hasta la mitad de los antebrazos, mientras que, en su otro par de extremidades, las vendas como serpientes o Boas suben atraves de la planta de sus pies para terminar su amarre a la mitad de sus espinillas. Tambien, con la intencion de minimo cubrir aquello que muchos llaman virilidad, un pantaloncillo corto y ajustado recubre su cuerpo inferior, sus propiedades no escogidas al azar puesto que la composicion de dicha prenda le daba una buena flexibilidad, logrando movimientos ininterrumpidos gracias a la incomodidad de una prenda mas holgada. Un digno peleador de Muay Thai hasta ahora, viendose brevemente interrumpido por una rafaga de viento que osa agitar su cabello. Este ultimo gozaria de tener un color extraño para el ojo humano, enfundado en un color blanco platinado, se extenderia tan largo como lo seria la mitad de su espalda, quizas un poco mas, pero el amarre cerca de su nuca lo mantendria en su lugar.>

<Asi pues, al conseguir llegar a cierto punto en su meditacion, la cual consistia en mantener una posicion de flor de loto muy cerca de la orilla del risco antes mencionado, este se tomaria la paciencia y tiempo para esperar a algun individuo cualquiera, aquel desafortunado hombre o mujer capaz de sobrellevar aquello que el Demonio Blanco habia estado controlando por varias horas atras y que rogaba por salir... signo de ello, era el leve sonido proveniente desde el interior de su garganta, una ira que a poco de convertirse en un sentimiento descontrolado ruega por tener algo que destrozar, que moler, que morder, que cortar, que golpear.. que matar con el unico fin de poder descanzar una vez mas.>

<Al cabo de pocos segundos, al joven ya se le podria ver un tanto mas agitado y a la vez abriendo unos cuantos centimetros la estructura de sus parpados, dejando a la interperie media el color albino de la iris de sus ojos, que por unos instantes adquiria un colorado tono para despues desaparecer al coro de las olas del mar.>

Spoiler:

[Reto abierto en URM. Personaje: Deimos Acantha. Arma: Misa. Datos encontrables en ficha.]

Huellas vacias, huellas de nadie. Marcas en la arena humeda, eran dejadas agilmente por una entidad no visible aun, silenciosa. Avanzando rapidamente a lo largo de la amplia playa. Las nubes, siguiendo con su curso, bloqueaban poco a poco el sol, que se sumergia en el horizonte, tomando un baño de oscuridad. La densa niebla y la brisa del mar, traian aquel delicioso y abundante aroma salado que rapidamente inundaba la zona. Entonces, con un sonoro y seco sonido, similar a un muro de concreto que se raja por un fuerte golpe, una silueta aparece, cubierta por la densa niebla, apenas visible, borrosa y veloz. Aquel crack, hace eco a lo largo y ancho de aquellas estancias rocosas, llegando a oidos de aquel solitario.

Los Firmes pasos de la silueta, se acercan mas y mas hasta que su perfil, conocido y familiar, se alza velozmente en un majestuoso y agil salto, que lo eleva en apenas un parpadeo, hasta las rocosas estructuras en las que su hermano se encontraba, cayendo ligeramente a un lado, sin siquiera un sonido, sin siquiera un crujir de las rocas bajo sus pies. Los movimientos de aquella entidad, cesaron por completo. Volviendose calmos y serenos tras unos instantes de observar lo que le rodeaba. Caminando con tranquilidad a lo largo del sendero de rocas irregulares, cual miniatura de cadenas montañosas.

Entonces, observando en una direccion distinta, a un lado del sujeto que permanecia sentado en posicion de loto, se dispone a esperar, con la vista fija en la lejania. Mientras tanto, sin siquiera proponerselo, la temperatura se eleva ligeramente a su alrededor, como era costumbre por su naturaleza. Sus ojos dorados como esferas de lava hirviendo, sondean el mar explorando sus profundidades y el cielo, acariciando las estrellas con suaves visiones del conjunto estelar. El eco de truenos y la fugaz percepcion de algunos relampagos, en el horizonte, dan a entender, que la tormenta aproximandose, era una de las que a el le gustaban, con mucha lluvia.