Largos puentes (Libre)

Tema: Largos puentes (Libre) Lun Mar 02, 2009 5:55 pm

- Sus manos se tomaban entre ellas y ambas se posaban sobre los muslos de su cuerpo. Caminaba simpáticamente y como lo que no era: una damita. Con su blanco cabello habían construído una hermosa escultura de nieve, donde delicados adornos caían por sus orejas y una peineta hacía de sujetador; llevaba puesto un kimono muy simple, pero de la seda negra más cara que podía encontrarse entonces, bordada con dragones salvajes recorriendo los valles de arroz acentados en las simas de las montañas, envueltos en una vorágine de pétalos de sakuras. Daba pasitos cortos, casi como saltadillas torpes, debido al corto diámetro del vestido, mismo que era ajustado por una gran tela conchevino que, atada por detrás, formaba un lazo único y de terminaciones largas.- Qué hermoso atardecer... -Musitó para sí, con una extrañeza en su mirar. El sol, posándose sobre el ancho río que cruzaba por debajo de un puente de madera, matizaba el ambiente de cálidos colores, resaltando la lugubridad externa de la joven. De pie, ya detenido su andar, apoyada contra la baranda del puente susodicho, una sonrisa tierna se esbozó sin poder quitar aquella triste expresión con la que había nacido y quedó absorta, contemplando el atardecer.-

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- Así, muy lejos de aquel puente, se notaba cierto andar de un joven en particular, cuyos pasos eran tranquilos y serenos, como aquella expresión de su rostro solía resaltar, ante los ojos de las demás, No obstante, vestía sencillamente ese chal marrón claro largo, ya algo viejo, pero que cubría su cuerpo hasta los tobillos al caminar, y no dejando atrás, esas sandalias de madera combinas, con adornos y escrituras grabadas como los aretes que solía llevar puestos, siempre. Ya había salido de dicho pueblo y solo tenía que llegar a casa con aquella compañera que siempre rodeaba su cuello, abrigándolo; Sí, su dichosa bufanda negra, y no dejando de avanzar, no había percatado de aquella presencia muy ajena de él, al cruzar ese puente de madera, ya que estaba admirando el mismo atardecer que otros quizás … “no miraban”, pero fue entonces cuando escucho esas dulces palabras, reaccionado. - ¿Eh? - Viró el rostro con rapidez, para luego fijar y reflejar en sus ojos, aquella anatomía de la niña que había hablado antes, pero no dudando, encamino lentamente, pero seguro, hasta llegar al lado derecho de la extraña, apegando ambos codos, sobre esa baranda del puente, cuyo brazo izquierdo, estaba debajo del derecho, para poder tranquilamente observar y contemplar esos blancos cabellos, que le hacían recordar aquellas épocas de nieve en fiestas, años atrás.– Es cierto, es hermoso aquel ocaso. – Susurró, el joven de cabellos castaños, embozando una pícara sonrisa en sus labios al sentir ese calor calido sobre sus mejillas, por aquel atardecer de dicho sol entre las montañas lejanas que se remarcaba en lo ancho del río, donde se escuchaba solo el viento soplar y acariciar esas suaves hebras de ambas personas conversar. -

Tema: Re: Largos puentes (Libre) Lun Mar 02, 2009 10:59 pm

-Oyó los acompasados golpes de las sandalias del joven contra la madera y sintió los codos chocar sobre la barada. No reaccionó en ningún caso. Estaba perdiendo su mente, estaba siendo absorvida por la belleza de aquella escena sanguinaria. No fue hasta oír la voz del muchacho que despertó de un estado de ensueño. Vio por el rabillo de su ojo derecho y supo de inmediato, por la apariencia, que era él. Volvió a mirar al horizonte... No estaba dispuesta a ver algo más hermoso que el ocaso que se estaba reproduciendo- ... -Por un momento quiso decir algo pero juntó los rosados labios para no desatinar y aurrinar aquel encuentro. Terminó por exhalar un largo suspiro, rindiéndose. No había durado ni un minuto aquel vaivén de dudas: "Mirarle o no mirarle", "¿conversarle?", "entonces... ¿qué decirle?", hasta que se decidió-: ¿Qué haces por aquí? -Claro que sin mirarle le preguntó; sin embargo, en su mente se dibujaban las telas que le envolvían, sus cabellos castaños, aquella sonrisa pícara que siempre llevaba, esa expresión asesina y taciturna... Cómo le encantaba. E imaginaba, también, como el rojo purpúreo de una muerte solar lenta coloreaba la suave piel del muchacho... Sin verlo lo veía...-

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- Aún parado a su lado, esperando alguna que otra respuesta de su parte, sin decir nada, solo se dedicaba en jugar con una de esas hebras blancas largas de ella, con el índice, cuya mano era cubierta por ese guante marrón con rasgos rojos y aquella estrella en su contra-palma, hasta los nudillos, dejando desnudas las yemas de sus dedos de cada mano. Sintiendo entonces aquellos sonidos del dichoso viento sopla entre sus cabellos castaños, donde lentamente abría los ojos, como si fuera a enterarse de algo sin escuchar nada y reír un poco entre sus hebras largas y lograr oír aquella voz suave y dulce, con cierta curiosidad en el tono de hablar. - ¿Yo? Ahahahá … Regresaba del pueblo, y te logré ver, pero no imagine verte por acá… - Elevando luego la ceja derecha, con cierta expresión de curiosidad por el andar de ella, en estos lugares, se acercaba un poco, más el cuerpo seguía quieto, y solo su rostro se asomaba por un costado, logrando ver aquellas facciones de su distinguido rostro que el atardecer solía iluminar. -... Pensé que estabas de viaje.

Tema: Re: Largos puentes (Libre) Mar Mar 03, 2009 2:43 pm

-En su cabeza, cosquilleos marcaban territorio; percibía, en realidad, como aquel muchacho jugaba con sus blancas hebras desprendidas del moño que tenía, y quizás en algún momento se cuestionó la rareza de su cabello. Bajó la mirada, clara muestra de timidez y desconfianza. "Pensé que estabas de viaje", escuchó y no pudo contener una auténtica risa, soltándola tiernamente. Le encantaba su inocencia, además de su aspecto- Pues pensaste mal -Aclaró la duda del joven con una sonrisa ya tatuada en su rostro fino, fijando, sin querer, sus grandes ojos de pupilas carmesí sobre aquel con quien empezaba a entablar una conversación, y en ellos él se reflejaba rodeado por un aura negra, función que cumplían sus iris. Quedó un momento en silencio. Prosiguió volviendo la cabeza hacia el horizonte, cual había ladeado para ver al muchacho-: Salí del pueblo, es verdad, pero regresé de inmediato. No quería estar tan lejos de... De alguien en especial. -Terminó con un rubor en sus mejillas, fingiendo mirar el ocaso, denotando nerviosismo al presionar sus manos posadas una sobre la otra sobre la baranda de madera. Esperaba... quería y no quería... Ya no importaba. Al fin y al cabo siendo su deseo o no, él preguntaría quién era la razón de su estadía.-

» Arena de combate libre y un extra.